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Hace algún tiempo cuando se empleaba la palabra Inteligencia Artificial (IA) solía asociarse inmediatamente a la robótica y al futuro. Actualmente, la IA está presente en la mayoría de las acciones que realizan las personas, integrada completamente al estilo de vida. La inteligencia Artificial se manifiesta en distintas máquinas a través de sus procesadores y su software. Simulan las funciones del cerebro humano, es decir, son capaces de recibir información, aprender, razonar y resolver problemas.
La inclusión de la Inteligencia Artificial en múltiples sectores hace más eficiente actividades complejas al tener un mínimo o nulo margen de error en los procesos que se aplica. Al estar presente en sistemas de navegación permite simplificar tareas cotidianas como por ejemplo ubicar una dirección empleando el Sistema de Posicionamiento Global (GPS). Recibir informes de tráfico en tiempo real y alternativas viales para llegar a un destino.

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La IA se nota en la red y es aprovechada por los usuarios con frecuencia. En los móviles, por ejemplo, con el uso de aplicaciones (APP) o de asistentes virtuales (Siri de Apple, Alexa de Amazon o Cortana de Microsoft). En las redes sociales, como estrategia de marketing, las APP constantemente recopilan información de los contenidos más vistos por los usuarios. Luego, generan recomendaciones similares para atraer su atención de modo que inviertan más tiempo dentro de las aplicaciones.
La Inteligencia Artificial ha permitido crear aplicaciones que mapean el rostro de una persona para envejecerlo, rejuvenecerlo o fusionarlo a otro cuerpo. En 2014 Ian Goodfellow creó un algoritmo (FSGAN) que hizo posible la aparición de los deepfakes en formato de videos. Fue hasta el 2017 que se hicieron virales los deepfakes en las redes. Empezaron a surgir APP que permitían incorporar rostros al cuerpo de otro en videos existentes de forma rápida y hasta en tiempo real.
Cada año realizan mejoras a las APP que emplean esta técnica de editar videos y es posible incluso añadir audios falsos. También, se han creado herramientas que utilizan la IA para animar fotografías con movimientos faciales y audios, como la herramienta deepNostalgia que inventó la plataforma de genealogía online MyHeritage. Esta APP de deepfake se hizo popular en las redes dándole vida a fotos antiguas o de famosos.

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Un buen deepfake es difícil detectar y, a pesar de que muchas personas lo usan de forma sana para diversión, está ganando mala reputación. Hay quienes lo emplean para efectos negativos. Cada vez más son los deepfake no consensuales y dañinos que se realizan para difamar celebridades o figuras públicas, cometer delitos de estafa o conflictos políticos. En este sentido, también se han creado herramientas que emplean la IA para identificar si un video es real o falso.
El uso del deepfake en el marketing digital puede ser una opción llamativa. Empresas como Estudio Andreoli podrán asesorarle en uso de las nuevas tecnologías para el beneficio de su empresa. Este equipo especialista en el diseño de páginas web en Valencia está totalmente capacitado para hacer rentable su negocio online.